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Sep 18, 2012
El Camino de Mujeres Creando Una Sucesion de Estridencias
http://web.archive.org/web/20040823222358/http://www.mujerescreativas.canadianwebs.com
/EL%20CAMINO%20DE%20MUJERES%20CREANDO.htm
(mujerescreando@alamo.entelnet.bo)
Helen Alvarez
Locas, agitadoras, rebeldes, desobedientes, subversivas, brujas, callejeras, grafiteras, anarquistas, feministas. Lesbianas y heterosexuales; casadas y solteras; estudiantes y oficinistas; indias, chotas, cholas, birlochas y se–oritas; viejas y j—venes; blancas y morenas, somos un tejido de solidaridades; de identidades, de compromisos, somos mujeres, MUJERES CREANDO.
"Utopía: cabalgadura que nos hace gigantas en miniatura"
La historia de las mujeres siempre ha estado encubierta, invisibilizada por el sistema al que no le conviene el cuestionamiento, el enfrentamiento y el desenmascaramiento; Mujeres Creando no quiso ser parte de eso y decidió tomar lo público, la calle, como escenario de una forma de vida en la que las utopías se abren camino entre los espinos.
Una mujer dispuesta a luchar por sus sueños y por su libertad es incontenible, la suma de las utopías de tres mujeres es invencible, sólo hace falta que esas fuerzas se encuentren. Y eso ocurrió en 1992, dos años después del regreso de María Galindo y Julieta Paredes de Italia, a donde fueron exiliadas, aunque sin ese rótulo; ambas sufrieron un exilio sexual, humano y político.
Julieta y María regresaron a Bolivia en 1990 convencidas de que debían construir un espacio de mujeres en el país; lo habían intentado en Italia con algunos j—venes bolivianos, pero la experiencia fue frustrante, estos varones concebían la comunidad como un lugar donde las mujeres debían realizar el trabajo doméstico y ellos ser atendidos.
As’ fue como nació— la comunidad Creando, en una casa ubicada en la laderas de Villa F‡tima, en Las Delicias, nombre más que acertado para construir la coherencia con lo privado, porque María y Julieta habían hecho una elección existencial: como pareja no querían construir un mundo individualista, ni tampoco una estructura de familia. Su propuesta política era clara, querían hacer una comunidad de mujeres, cuyo fin no fuera únicamente la unión de necesidades, aunque eso terminó— siendo, cuando la cotidianidad pasó a ser protagonista.
"Procrearemos frutas dulces de una nueva sociedad y no cizaña machista que destruye la humanidad".
Por la casa a medio construir de Las Delicias, muchas manos pasaron hasta terminarla: mujeres citadinas y universitarias; mujeres con wawas; mujeres del campo, aymarás y quechuas; mujeres lesbianas. Pero la comunidad no tenía sentido por s’ misma, as’ que Creando comenzó— a comprometerse con el barrio mediante una tienda de alimentos naturales, con talleres de salud, con una biblioteca para las ni–as y ni–os, con el trabajo de alfabetización—n de un grupo de estudiantes de Achacachi, un pueblo considerado como uno de los m‡s rebeldes del país. Con ellas lleg— Lidia Quisberth y fue la única que se qued— a formar parte de la comunidad.
Mientras la comunidad Creando crecía, también crecía un sentimiento de frustración—n, porque el trabajo que se hacía con la zona no trascendía más allá, aunque reivindicaba la comunidad heterogénea. En ese momento comenzó— un proceso de acercamiento con algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) cuya actividad a nivel de barrios tendía a confundirse con la de la comunidad; pero casi de inmediato se tomó una distancia critica pues no generaban un proceso de transformación—n; luego las diferencias con las ONG se profundizaron mas aún.
Mar’a y Julieta lanzaron entonces la propuesta a las mujeres: era necesario que la comunidad Creando se apropiara de su voz, que se apropiara del espacio público, pero no hubo la fuerza para responder al desafío. Un espacio público era intimidador y abrumador para algunas mujeres; para otras, para las que provenían de movimientos universitarios, campesinos o sindicales, era innecesario.
"Buscamos una mujer fiera, una mujer tierna, una mujer verdadera".
Las intuiciones las acercaron, Julieta y María se encontraron con Mónica Mendoza en 1992 en una asamblea universitaria, y a ella también le quedó muy claro que había la necesidad de un espacio público desde esa propuesta comunitaria de Creando; ese espacio público no tenía por qué ser antagónico al sindicalismo ni al movimiento universitario, ni a nada.
Mónica no había formado parte de la comunidad, pero sus convicciones y sus propósitos eran los mismos que los de María y Julieta. As’ nació— Mujeres Creando en marzo, deliberadamente, como una acción consciente para recuperar el espacio público que el sistema patriarcal vetó para las mujeres. Al principio nada estaba claro, pero lo cierto era que ninguna de las tres quería un partido, querían trabajar con las mujeres, esa certeza partió— de su intuición cuando militaban en la izquierda.
Y junto con el movimiento vio la luz el primer libro de María y Julieta: "ÀY si fuésemos una espejo de la otra? Por un feminismo no racista". El propósito de esta publicación—n fue encontrar la alteridad, encontrar a la otra para comenzar a construir. ¿Quiénes eran las otras? la respuesta fue surgiendo a través de una investigación—n con mujeres trabajadoras del hogar en la cotidianidad de la comunidad, se logr— entender a las mujeres migrantes, Julieta y Mar’a hab’an sido migrantes en Italia y la inseguridad del espacio ajeno había tocado y lastimado su piel. Esa experiencia común enriqueció— el trabajo.
La investigación—n dio frutos, Julieta y María encontraron la alteridad, la otra con quien hablar, a quien escuchar, con quien querer construir. La otra dejó de ser simplemente el color de la piel o las diferentes formas de vestir, se convirtió— en un espacio ético y epistemológico de construcción—n del pensamiento. El libro se constituyó— en la base metodológica del movimiento, era el componente de cultura de identidad.
"Aunque te digan loca por luchar, tú mujer, resiste".
La fuerza de Mujeres Creando en ese momento era la existencia de tres mujeres luchadoras y consecuentes. Mónica, María y Julieta tenían vivas sus utopías y esperanzas y no querían acomodarse al sistema, pues era la época en que gente joven, como ellas, estaba buscando su espacio dentro de la maraña del poder, ya sea de los partidos, del gobierno o de la tecnocracia.
El movimiento recogió— la práctica social de las tres, pues ellas pertenecían a la ultima generación luchadora que aún bebía de los sueños de la gente de los años 70, pero a su vez se enfrentaba a la realidad de la democracia, por la cual habían peleado junto con el pueblo. Corría la década de los 80, era un momento histórico de transición, que les hizo ver que ni la izquierda ni la democracia traían grandes diferencias a la vida concreta de las personas y mucho menos de las mujeres, por mucho que se luche para conseguirlas.
La idea de democracia que tenían se derrumbó, pues el país se sumió en un estado caótico a nivel político, social y económico. Además estaba su práctica concreta como mujeres dentro de la izquierda, dentro de una organizaci—n política que no las respetaba y que no respetaba sus ideas, aunque se servía de "su" trabajo, de "sus" ideas y de "su" llegada a la gente. La izquierda, por entonces, tenía un análisis mediocre que parcelaba al país, que no recogía su riqueza. La incapacidad de autocrítica por parte de la izquierda después del desmoronamiento de la UDP (Unión Democrática y Popular) coalición en la que estuvieron todos fue otro detonante importante para marcar las diferencias.
A partir del encuentro comenzó un análisis profundo, mediante el cual Mujeres Creando desmitificó, para si, todo lo que era el populismo de izquierda, los maternalismo y paternalismos. Esa construcción—n entre personas muy concretas, esa acumulación de teoría y práctica social de diferentes vertientes, llevó al grupo a construir su propia identidad ideológica.
De la izquierda se tomaron varios elementos como el an‡lisis del trabajo y de la econom’a. Otra vertiente fue el katarismo y tambiŽn el anarquismo. No el anarquismo de los libros, sino el de la pr‡ctica concreta de abuelos y abuelas anarquistas bolivianos, gente m‡s popular, m‡s autodidacta que se guiaba por esa capacidad de analizar por cuenta propia su entorno. Esa veta anarquista conquist— al grupo, do–a Pepa Infante encandil—, una chola culinaria (ella se hab’a dado ese estatus, no quer’a ser s—lo cocinera) que en los a–os 30 — 40 ten’a su propio concepto del amor, del amor libre, una chola que se dio su espacio y su lugar.
El feminismo latinoamericano también hizo un importante aporte. La Comunidad Creando no se declaraba feminista, aunque en sus bases había lo que nosotras llamamos ahora un feminismo intuitivo. Es por eso que fue la participación en el encuentro en San Bernardo Argentina, (en 1990) la que esclareció esos elementos y nos empujó a declararnos feministas.
Encontramos un feminismo latinoamericano que nos sedujo, que nos cobijó, estabamos consientes que era un espacio profundamente occidentalizado e invadido sobretodo por mujeres funcionarias de oenegés y pertenecientes a las clases medias, pero al mismo tiempo la presencia de lesbianas, de prostitutas, el discursos de lo público y lo privado, las metodologías de discusión, las plenarias de horas y horas sin tener que llegar a ningún acuerdo nos sedujo profundamente.
Nuestra identidad ideológica se fue construyendo de manera ecléctica, no dogmática y de una manera honesta. Cuidando de no anular las dudas ni las contradicciones que aportábamos cada una de nosotras. A diferencia del estilo patriarcal, Mujeres Creando no resolvió las contradicciones de sus vertientes enfrascándose en una pelea por la verdad, porque eso nunca sedujo al grupo; esas discordancias se asumieron más bien como una veta mas que enriquecía al movimiento.
"Mujer, ni sumisa ni devota, libre, linda y loca"
Pero la otra identidad de Mujeres Creando, la más fuerte, surgió a partir de la heterogeneidad con que se construyó ese espacio. Esto exigió más que un esclarecimiento ideológico, exigió— una actitud hacia los problemas y una actitud entre mujeres.
El hecho de que Julieta y María sean lesbianas, algo que nunca se relativizó ni se hizo a un lado, y que Mónica estuviese presente con su heterosexualidad demandó una fuerte presión de autoafirmación, pues eso constituía una parte importante de la construcción—n y la identidad de Mujeres Creando. La presencia de Lidia, con toda su visión de mujer aymará de comunidad, también contribuyó— enormemente a crear una teoría y una práctica al interior del movimiento y de cara a la sociedad.
En ese proceso era muy importante que las formas de expresión tuviesen una directa relación con el contenido de lo que se decía. Mujeres Creando repartía ilusiones y las mujeres que integraban el movimiento pasaban por locas y raras, no había en ese momento lugar para dos lesbianas, una chola y una chica normal, las que además se sentían con el derecho de convocar a cualquier mujer. Era incomprensible además que estas mujeres, habiendo militado en la izquierda, a excepción de Lidia, no empleen el lenguaje tradicional para cuestionar al sistema.
Hombres y mujeres se encargaron de tratar de deslegitimar la participación de Mujeres Creando en diferentes marchas y protestas en las que participó el movimiento, como la lucha por el presupuesto universitario. Su rabia, que se traducía en violencia, al punto de llegar a los insultos y empujones, era una sola: no se les había pedido permiso para protestar y es que Mujeres Creando no necesitaba permiso de nadie para luchar por sus utopías y tampoco iba a hacerlo siguiendo las recetas tradicionales.
Era un espacio de locura y fue largo el proceso, no para que evolucionen los códigos de comunicación—n, sino para que la sociedad entienda lo que Mujeres Creando planteaba. Eso se logró con insistencia y terquedad y con la solidaridad de más mujeres que se fueron comprometiendo con el movimiento.
"Es justo y necesario que este cuerpo mío sea siempre mío"
Con el nacimiento de Mujeres Creando surgió otra necesidad: tener un espacio propio, además de la casa que cobijó a la comunidad, para ir generando un espacio social. Como resultado de un intenso trabajo, en julio de 1992 abrió sus puertas el Centro Cultural Feminista "Café Carcajada". El azoro de la sociedad pace–a no se dejó esperar, la cultura urbana no entendía el concepto de un espacio de mujeres, incluso intentaron identificarlo con un burdel, por lo que el movimiento vivió una ola de hostilización durante más de un año.
Pero el esfuerzo no fue en vano y la lucha dio resultados, ahora el "Café Carcajada" es el lugar a donde confluyen las utopías intuitivas de mujeres campesinas, cocaleras, lesbianas, universitarias, madres, colegialas.
Además del Café, la decisión de crear un pensamiento propio y una metodología propia que sensibilice para llevar adelante diferentes acciones, llevó a Mujeres Creando a desarrollar instrumentos peculiares de comunicación—n que marcaran una diferencia, pues su propósito era embellecer la vida, la forma era el contenido, era la manera de dar ánimo y manifestar solidaridad, de protestar y denunciar. Cuando se rompió con el lenguaje de la izquierda vino una explosión fuerte de creatividad y poco a poco cada una fue sacando sus propias formas para expresarse mejor. Los mensajes no tenían la intensión de llegar a las capas politizadas de la sociedad, sino a la gente común y corriente en su cotidianidad.
Las grafiteadas -una mezcla de grafiti y pintada- fueron lo primero en 1993 cuando Bolivia estaba en plena campa–a para las elecciones presidenciales. Las pintadas de ese a–o llamaron a la abstención ante un proceso de mentira democrática, de compra y venta de curules. también, como se sigue haciendo hasta ahora, los grafitis denunciaban el racismo y la violencia estatal, familiar, sexual, institucional.
Los grafitis recogieron también los poemas de Julieta, que publicó— su primer libro en 1990, ella también fue víctima de un arresto en 1998 cuando grafiteaba en la pared de la Cinemateca "Pensar es altamente femenino" y "El condor pasa, la dictadura sigue, juicio a Banzer". Efectivos del Grupo Especial de Seguridad aparecieron y efectuaron el arresto bajo el argumento de que tenían orden del Ministerio de Gobierno para arrestar a las Mujeres Creando. La Cinemateca no presentó ninguna denuncia por da–os a la propiedad y aún así Julieta tuvo que pasar la noche en las celdas de la Policía; la intervención—n del Consultorio Jurídico y Social de la Mujer, la Defensora del Pueblo y la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento consiguió su libertad. Pero no se libró de un interrogatorio excesivo, como si se tratara de una fuerza muy peligrosa.
Simultáneamente, estaban los paneles de la Universidad Mayor de San Andrés -Victoria recogía en su regazo las posiciones del grupo-, también los periódicos murales que no s—lo eran telas y colores estéticamente presentados, sino todo el mensaje que se planteaba, cómo se hablaba, qué se decía y cómo se decía. Los periódicos murales eran un conjunto de concreciones de la identidad que se buscaba como movimiento propio que exprese algo nuevo, renovador y transformador. La presencia en las marchas, bailando y cantando, también fue haciendo la diferencia con otros movimientos sociales.
El espacio social que se fue generando a partir de esas expresiones, plante— la necesidad de recurrir a medios masivos de comunicación—n. Entonces Mujeres Creando asumió— otro reto en 1995: la publicación quincenal de Mujer Pública, donde no s—lo se recogen las posiciones del movimiento frente a cuestiones políticas, económicas y sociales, sino todo lo que hace a lo cotidiano de la vida de las mujeres y de las wawas. Este espacio está abierto a todas las mujeres que deseen hacerse escuchar.
La publicación—n de Mujer Pública fue fundamental, pues se constituyó— en una relación ética con la palabra del movimiento. Hasta entonces los medios de prensa manejaron con bastante sensacionalismo la palabra de Mujeres Creando, haciendo énfasis en que el lesbianismo de dos de sus integrantes les daba espacio únicamente para opinar a lo mucho sobre temas de sexo. Se marginaba la fuerza política y transformadora del análisis y las propuestas que se planteaban a la sociedad boliviana.
La impresión del periódico es un espacio que está financiado por los recursos que genera su propia venta, no depende de nadie, de manera que no recibe ningún tipo de presiones, que tampoco aceptaría. Mujeres Creando asumió la venta de Mujer Pública y eso dio lugar a un nuevo instrumento de comunicación: las acciones en la calle. La misma distribución es de hecho una interacción con la sociedad, un relacionamiento directo, sin intermediarias ni intermediarios. Megáfono en mano, con música, con gritos, el peri—dico se fue ganando su lugar en Bolivia, especialmente en las principales ciudades como La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, aunque también llega a Oruro y Tarija. La venta en un principio fue ambulante y bastante teatral, lo que generó simpatía.
Las acciones en la calle surgieron as’, por la necesidad de vender el periódico, pero plantearon una nueva realidad a la sociedad boliviana, su impacto inmediatamente fue reflejado en los medios de comunicación—n, ya no desde la óptica sensacionalista, sino como una nueva forma de interpelar a la maraña del poder. Lo creativo y pacífico es la esencia de este instrumento de comunicación, pero al ser una transgresión de las normas de comportamiento, la represión siempre está presente en las acciones callejeras. La Policía está tan atenta a lo que hace Mujeres Creando, que nunca tarda en llegar para ejercer su autoritarismo y violencia con el uso de gases lacrimógenos, ácidos y amedrentamiento.
"Es hora de pasar de la nausea al v—mito"
El proceso de construcción de Mujeres Creando está lleno de alegrías y penas, encuentros y desencuentros. Pero un hecho marcó dolorosamente un capítulo en su existencia y evidenció— toda la carga misógina y homofóbica del aparato gubernamental, que tampoco ocultó su condición colonialista. También desnudó a los medios de comunicación y su análisis sensacionalista e insensible. En 1994, Julieta y María, junto con Julieta Ojeda, otra integrante del movimiento, fueron invitadas a una fiesta que ofrecía un grupo de cooperantes franceses, hombres y mujeres. El hecho de que se comportaron libremente, que se negaron a bailar con algunos hombres y que rechazaron insinuaciones para una sesión de sexo grupal desató— una violencia indescriptible con ellas. Unas 15 o 20 personas, entre las que estaban un boliviano, 3 mujeres francesas, y el resto desconocidos franceses las golpearon durante más de dos horas y las sacaron inconscientes arrastrando hasta la calle. Sentada la denuncia, la prensa boliviana se hizo cómplice de ese delito y también funcionarias y funcionarios del gobierno y de la "justicia", quienes se encargaron de desprestigiarlas por el hecho de que eran lesbianas y feministas. Bastó la palabra de los cooperantes que habían venido a Bolivia a realizar un trabajo de voluntariado en la Orston. De nada valieron los exámenes forenses que presentaron las tres integrantes de Mujeres Creando y ni los moretones y heridas que laceraban sus cuerpos. El colonialismo, el racismo y la homofobia de la sociedad boliviana se impuso. Sonia Montaño, tecnócrata de género muy reconocida en Bolivia, que en ese entonces ocupaba un alto cargo en el gobierno en nombre de las mujeres, pidió a María, Julieta y Jo que se sentaran a negociar con los franceses, cuando lo que correspondía era que la justicia caiga sobre ellos, pues cometieron un acto delincuencial que está penado con cárcel. Ante el rotundo rechazo de estapropuesta, los cooperantes, con ayuda del Fiscal Dips, que retuvo los obrados en su escritorio, evitando que pasen a la justicia, pudieron huir libremente, pues no se emitió el mandamiento de arraigo para que respondieran por ese delito. Esa actitud fue apoyada por el Embajador de Francia y por todas las instituciones relacionadas con su país. La Orston también se hizo cómplice de ese atentado.
Los caminos de la justicia se habían cerrado y los franceses estaban fuera del país, esa circunstancia determinó que María y Julieta iniciaran una huelga de hambre en contra de todos los cómplices que se habían prestado a falsificar pruebas en la policía y que habían retenido documentos. La huelga interpeló a la UMSA y a la alcaldía Municipal demandando que se constituyan en demandantes por actos de violencia hacia las mujeres. La huelga duro 15 días, fue una huelga solitaria e incomprendida por la sociedad paceía porque no respondía a los códigos típicos de reivindicación, pues la violencia contra la mujer nunca fue una demanda digna de semejante medida. Sin embargo, muchas mujeres manifestaron su solidaridad y dieron rienda suelta a sus propias experiencias de violencia generada por extranjeros, especialmente de delegaciones diplomáticas y de ONG; esto fue posible porque se pudo acceder a dos medios de comunicación: la Tribuna del Pueblo de la Red de televisión Popular y al programa de la periodista Cristina Corrales en Radio Fides. El resto de los medios solo se ocupó del sensacionalismo, sin un verdadero análisis de lo que ocurría, sin ver que los extranjeros, sin generalizar, viven aquí’ al margen de cualquier tipo de ley.
En la Iglesia también se desató— una polémica, pero no por el acto vandálico que sufrió Mujeres Creando, sino porque la huelga de hambre se instaló en uno de sus recintos. Se argumento que quizás por ser lesbianas nuestro propósito no era defender nuestros derechos sino más bien una actitud suicida. Se limitaron pues los obispos a no desalojar a María y Julieta.
La huelga de hambre terminó tras la intervención del alcalde pace–o de ese entonces, Julio Mantilla, quien se comprometió a interceder ante las autoridades para que se haga justicia, pero eso nunca se hizo realidad.
"Ten cuidado con el presente que construyes, debe parecerse al futuro que sueñas"
El acercamiento de Mujeres Creando al movimiento feminista fue a partir de la generación un pensamiento propio, pues no se trata de ser sucursales ni recicladoras de un pensamiento que tiene que ver con otra realidad. Haber partido de la historia de mujeres rebeldes bolivianas fue muy importante, pues rápidamente se hace evidente que en el ámbito latinoamericano hay una fuerte tendencia, desde el feminismo de las ONG, de recoger el feminismo de la igualdad y el de la diferencia generados como corrientes de pensamiento en universidades europeas. Desde nuestro análisis ambas corrientes, de manera diferente toman como parámetro al hombre, blanco, burgués y con poder.
En el feminismo de la igualdad ignora las diferencias que existen entre los propios hombres en las sociedades patriarcales. Esta propuesta viene de mujeres de clase media alta y burguesas, que desde la igualdad de clases y de privilegios económicos quieren tener los mismos derechos de explotar que sus maridos o compañeros. Ellas no quieren ser igual que los campesinos o los obreros o los parias de su sociedad, no quieren ver que en el patriarcado también se explota a los hombres que pertenecen a otras clases sociales, entonces no plantea una crítica al patriarcado.
Las típicas consignas de esta corriente que han sido copiadas por las tecnócratas bolivianas son por ejemplo las cuotas de participación "política", en todo caso mal copiadas porque por ejemplo la socialdemocracia alemana hace más de una década se planteaba el 50% de participación, lo cual devino en una participación directa de un grueso grupo de mujeres en las políticas de incorporación de las mujeres al ejército, de apoyo a la OTAN, de recorte de políticas sociales, etc. ES DECIR NINGUNA TRANSFORMACION.
El feminismo de la diferencia desde una posición aparentemente más contestaria no logra superar tampoco al varón blanco, burgués del norte como parámetro de humanidad. Sus actuaciones más importantes han sido en el campo filosófico y cultural y han llegado a la misma conclusión que las de la igualdad suponiendo que las sociedades estuviesen "despatriarcalizándose" a partir de la participación de las mujeres, mientras constatamos una ofensiva más que cruenta por parte del capitalismo con la globalización y la expansión del poder de las transnacionales.
La tesis de la igualdad tuvo quizá más éxito, tomando en cuenta el momento neoliberal histórico. Ese feminismo, en lugar de cuestionar una estructura patriarcal, violenta, jerárquica y excluyente convertido en la versión boliviana en la "tecnocracia de género" se conformó con el 30 por ciento para participar en igualdad de condiciones para explotar, para ser corrupta, para acceder al poder y al ejército.
Un graffitti de respuesta a esa política fue: "Queremos todo el paraíso, no el 30% del infierno neoliberal" Existe mucho financiamiento externo para impulsar las tesis liberales de la igualdad, porque en fin de cuentas reivindica al sistema como modelo válido de sociedad. Lo único que se necesita es "incorporar a las mujeres", incorporarlas desde la retórica.
"Cuidado, el patriarcado ahora se disfraza de mujer angurrienta de poder"
En 1995, Mujeres Creando participó en el sexto encuentro feministas latinoamericano de El Salvador, un acontecimiento importante para el movimiento pues significó el contacto con otros grupos feministas autónomos de la región, argentinos y chilenos especialmente que estaban dispuestos a recuperar el valor de las discusiones que estaban sobre la mesa.
En Bolivia, Mujeres Creando denunció y cuestionó el clientelismo de parte de algunas ONG, respecto a las mujeres. Esa posición fue tildada de actitud rencorosa y envidiosa, basándose en el hecho de que María y Julieta eran lesbianas; las mujeres "oenegistas" aprovecharon la fuerte homofobia que existía en esos años en la sociedad boliviana. El recuperar la autovaloración de las propuestas del movimiento generó— mucho espacio y a partir de esto Mujeres Creando interpeló la forma como se estaba elaborando el informe para la cuarta conferencia mundial de la mujer en Pekín. Nuevamente aparece en el escenario Sonia Montaño, quien estando a cargo de la subsecretaría de género, tenía en sus manos la redacción de un documento que fue absolutamente oficialista, pues apoyaba la participa popular, la ley de capitalización que enajenaba las empresas estatales, la ley de reforma agraria (INRA) que no resuelve el derecho de las mujeres a la propiedad de la tierra. Todo este aparato político fue descrito en el informe como la máxima revolución democrática del gobierno del MNR y como un gran avance para las mujeres. En todo caso el mŽrito de este informe es que se trataba de un informe GUBERNAMENTAL que no tenía porque ser otra cosa. Una tecnócrata en un gobierno será siempre funcional a ese gobierno. Las ONG, por su parte la Plataforma de la Mujer y la Coordinadora de la Mujer, debían elaborar un informe paralelo desde lo que se denomina "la sociedad civil", pero resultó ser únicamente un documento complementario al gubernamental. El objetivo de recoger dos informes era contrastar ambas visiones, sin embargo era un objetivo tan s—lo enunciativo porque la orden fue clara dejar de lado a los movimientos sociales y partir únicamente de las oenegés. Quedaron fuera la violencia que desató el gobierno boliviano contra la sociedad para legitimar el proyecto del MNR y reducían la violencia contra la mujer a hechos domésticos; se hablaba también de la participación política de la mujer como un hecho cuantitativo a través de los partidos políticos , se habían dejado de lado las luchas de las mujeres, la de las cocaleras por ejemplo, tampoco se mencionaba el tema de las presas políticas por alzamiento armado y las torturas que sufrieron y, por supuesto, no se mencionó tampoco el trabajo de Mujeres Creando, ni tampoco se cuestionó el rol de las ONG.. Era un informe complementario porque en realidad le daba el marco teórico a las estadísticas que había presentado la subsecretaría de género.
Lo que Mujeres Creando denunciaba es que para la cuarta conferencia mundial de la mujer, los financiadores gubernamentales más importantes y más influyentes se dividieron de manera colonial al mundo: Usaid, la agencia de cooperación—n del gobierno norteamericano iba a financiar la participación de las mujeres de países latinoamericanos, mientras la agencia de cooperación francesa se haría cargo de sus ex colonia en Africa por citar dos ejemplos. Esto implicaba aceptar condicionamientos para lo que sería el encuentro, tal como lo hizo la comisión económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que dispuso cuáles categorías debían ser analizadas. Se contrataron consultoras que jamás pasaron por un examen publicó, tanto oenegés como gobierno se aseguraron que se tratara de mujeres dispuestas a escribir lo que mandaba USAID. Perdimos pues algunas amistades, mujeres de las cuales hubiésemos esperado más dignidad, solidaridad y honestidad.
Se puso en tela de juicio esta actitud complaciente y siendo un grupo pequeño Mujeres Creando pudo levantar una ola de polémica en torno a esas categorías y al financiamiento. Se consiguió articular la denuncia con trabajadoras del hogar, con campesinas, con mujeres de algunas centrales obreras regionales y departamentales y con mujeres de la ciudad de El Alto. El resultado de esta coordinación fue el documento "Dignidad y autonomía", totalmente autofinanciado. "Dignidad y autonomía", que está incorporado en esta memoria, desnudó el papel de los partidos políticos, del Estado y del financiamiento al que accedían las ONG; también puso al descubierto la crisis de los movimientos actuales. Pero a la hora de defender las propuestas, las ONG habían logrado cooptar a todas y cada una de las mujeres que habían participado, menos a una que mantuvo su dignidad y autonomía. Todas y cada una de ellas se vendieron por migajas. Este documento logró plantear una diferencia y se logró— realizar un trabajo articulado con un grupo de feministas argentinas autónomas Atem. Gracias a su iniciativa se consiguió que en el encuentro de Mar del Plata, además de la reunión gubernamental y de la reunión de organizaciones no gubernamentales, se llevara a cabo otra reunión llamada Paralela de la Paralela donde se presentó "Dignidad y autonomía". A partir de esa participación—n nosotras también nos "infiltramos" en la reunión de oenegés donde hicimos todos los esfuerzos por instalar la polémica, esfuerzos que nos llevaron a constatar que las conclusiones finales para América Latina se redactaban en las habitaciones de las consultoras más cotizadas del momento, ni siquiera en sus plenarias que ya habían sido más que cernidas.
En todo caso los guardias de seguridad de sus hoteles danzaron a nuestro comp‡s durante una semana. Esa intervención dio sus frutos en el siguiente encuentro que debía realizarse en Chile, se recogió toda la discusión y se convocó a una reunión planteada desde la autonomía. Las ONG fueron invitadas para que rindan cuentas de lo que fue Pekín y el por qué de los nefastos resultados de la conferencia mundial para la mujer, especialmente para América Latina, pues se introdujo la variable de género para utilizarla como una retórica decorativa del programa de ajuste estructural.
En 1998 Mujeres Creando organiza el primer encuentro Feminista Autónomo Latinoamericano y del Caribe en Sorata. (No entramos en detalles pues la memoria de este encuentro es parte de esta publicación—n)
"Lucha ama a Victoria"
Durante el proceso de construcción de Mujeres Creando se fueron produciendo hechos paralelos, uno de ellos ocurrió— en 1994, cuando María, en una entrevista en el periódico La razón, se declara públicamente lesbiana. Hasta ese momento su opción sexual no era un secreto, aunque tampoco esto era utilizado como una bandera, porque la base del movimiento era la heterogeneidad; sin embargo las tecnócratas de género y las "oenegistas" pretendían hacer una suerte de chantajismo para descalificar la discusión ideológica. Desmontar ese aparato homofóbico fue costoso y doloroso, pues en los hechos se les había vetado el derecho de participar como mujeres pensantes o como ciudadanas, se trataba de LESBIANAS. Para el d’a del Orgullo Gay en 1996, Julieta y María en coordinación con Cristina Corrales participaron en Radio Fides en un debate que duró toda la mañana. Aunque Cristina trató de mantener cierta cordialidad, ambas se enfrentaron a una homofobia DE TERROR.
"Salimos de la radio con ganas contenidas de llorar, llorar de impotencia, de soledad; el 90% de las intervenciones cuestionaban nuestro ser mujer, nuestros derechos mínimos como humanas, nuestra libertad. Veíamos a Cristina transpirar porque su cordialidad no contenía la violencia de las llamadas."
Pese a esto, su participación movió y removió profundamente a la sociedad boliviana y esto se manifestó en la Cinemateca donde se organizó la proyección de una película lésbica. Mucha gente terminó parada pues no quedó un espacio libre.
El debate en Radio Fides había convocado a casi todos los sectores, incluidos algunos grupos políticos de izquierda que intentaban entender qué era la homofobia, un término y un concepto que no se manejaba socialmente. María y Julieta transitaron por un camino muy empinado, era como enseñar otro idioma. Pero toda esta lucha se invisibilizó cuando, en 1999, surge la marcha del Orgullo Gay al estilo norteamericano. Para ellas esto no es casual, sino fruto de la fuerte misoginia que existe en el ambiente gay y de la intención de despolitizar la temática y las visiones de maricones y lesbianas.
"Mujeres mías que abrigan en sus úteros no sólo hijos,
sino también alboradas con soles. Se ayudan con
cantos y bailes, con coquita y hierbabuena"
Las mujeres cocaleras decidieron en 1995 realizar una marcha que duró alrededor de dos meses, desde el Chapare en Cochabamba hasta la ciudad de La Paz para exigir el respeto a sus derechos. Dos compañeras de Mujeres Creando se incorporaron a la dura caminata para expresar la solidaridad del movimiento y para iniciar un proceso de reflexión sobre el discurso coca-cocaína. Paralelamente, en La Paz, a partir de acciones creativas se comenzó a trabajar contra toda la propaganda que había desatado el gobierno para descalificar la lucha de estas mujeres. Ese fue una de las relaciones más profundas con el movimiento de mujeres campesinas, pues no sólo estaban las cocaleras, en el camino se fueron tejiendo redes de solidaridad que engrosaron las filas de las caminantas. A su llegada a la ciudad de La Paz, el Café Carcajada adquiere una nueva faz, pues se convirtió en un espacio comunitario donde las mujeres mediante teatro mudo, pues muy pocas hablaban castellano, pues su lengua materna es el quechua comunicaban si situación en el chapare. Ah? también llegaba el apoyo de las mujeres del mercado Rodríguez que enviaban alimentos para apoyar la lucha.
Nos cocinabamos y bailabamos al son del acorde—n del peluquero de Ibirgarzama que se había incorporado a la marcha para venir a comprarse un acorde—n a La Paz. La posición de Mujeres Creando frente a la hoja de coca era clara: la coca no es cocaína y bolivianas y bolivianos tienen un derecho milenario sobre la hoja y eso se planteaba en las discusiones. Era fundamental que las mujeres cocaleras tomen posición frente al narcotráfico y también, porque no es un debate separado, frente a la prostitución, la pornografía y el tráfico de armas, las empresas más rentables del patriarcado internacional. Las acciones en la calle se intensificaron pues se necesitaba una presencia con mucha más fuerza, en esos días la ciudad estaba militarizada y bajo el nefasto mando del entonces ministro de Gobierno, Carlos Sánchez Berzaín
"Mujer, basta de agresiones patada a los huevones!"
La propuesta de Mujeres Creando es la lucha creativa a través de expresiones pacíficas, pero esto no quiere decir recibir los golpes y quedarse callada. Ante esta posición, las "oenegistas" especialmente fraguaron un mensaje que calificaba al grupo de violento, tratando de meter en un mismo saco dos conceptos totalmente diferentes: violencia y agresividad. Hacen esto de manera deliberada, dejando de lado la independencia de un término respecto del otro. Para el grupo, la agresividad es una fuerza autoafirmativa que permite a las mujeres asumir su defensa y tener conciencia de su voluntad, personal o colectiva. En cambio la violencia es una acción destructiva que tiende a anular o destruir a la otra persona que es vista o colocada como enemiga. Así se fundamenta la agresividad con la que se expresa Mujeres Creando, que puede ser con el grito, el uso del color, de la palabra y del tipo de palabras que se usan. Esa percepción acuñada salió de las ONG, de un circulo de mujeres que apeló al modelo burgués de buen comportamiento, la cultura burguesa de las relaciones sociales, además de ser bastante ridícula en lo que se refiere al papel de las mujeres está sobretodo impregnada de las maneras diplomáticas e hipócritas. Para ellas, guardar la compostura y los buenos modales es la manera de ingresar en un proceso legítimo socialmente. Es más fácil para las "oenegistas" y las burguesas colocar al movimiento el rótulo de "violentas", pedir la intervención policial y apelar a las calumnias, en lugar de enfrentar una discusión ideológica y real. Esta forma de comportarse frente al conflicto, obviamente no es de autor’a de las ONG, la autoría intelectual le corresponde a la cultura neoliberal de una falsa democracia que habla de consensos para esconder el pragmatismo de transar ideas y valores, es decir venderse, en función de intereses. Esta cultura generó otra subcultura, la de los lobbys, es decir anular el derecho de protestar, porque eso es considerado violento, y más bien adquirir las malas mañas del convencimiento a través del buen trato.
Mujeres Creando rompe con esa cultura de manera deliberada, en la forma de hablar y de expresarse, sin pedir permiso para existir. Se rompen esos esquemas al no pedir la legitimación como intelectuales ni como movimiento; el grupo no necesita ni quiere su aprobación, por eso interviene sin pedir permiso para hablar, para entrar a los espacios que montan en nombre de toda la sociedad boliviana.
Pero también se plantea otra ruptura, pues una actitud ancestral colocó a las mujeres como las figuras armoniosas de la familia, de la sociedad, del curso, del trabajo, en fin, de donde estés. El que una mujer grite, se autoafirme, sea intransigente, es una transgresión a las normas que además de ser calificada de violenta entra en el terreno de lo histórico pues es el momento en que una mujer deja de ser femenina. Reivindicar la agresividad es un terreno exclusivo de lo masculino.
No hay nada m‡s parecido a un machista de derecha que un machista de izquierda y los indígenos, la misma pistola.
El otro tema ligado al de la violencia es el de la Lucha Armada, tema con el cual también nos comprometimos.
Primero iniciamos un proceso de solidaridad con el conjunto de mujeres presas por alzamiento armado que fueron torturadas y que estaban recluidas en la Cárcel de Obrajes. Esta solidaridad devino en visitarlas y conocerlas personalmente, a partir de allá’ les proponemos iniciar una discusión en visitas semanales pues para nosotras era muy importante dejar claro porque de nuestra solidaridad. Mientras desde la universidad estatal se los veía como héroes, para nosotras se trataba de víctimas de su propio heroicismo y caudillismo. Así iniciamos las discusiones sobretodo con Raquel Gutiérrez con quien además se tejió una amistad. Decidimos no visitar a los varones aunque ellas nos lo pedían constatemente por esa carga de heroicidad patriarcal que les rodeaba y que nosotras repudiábamos por eso la solidaridad con ellos fue en la defensa de sus derechos humanos. Las discusiones se fueron haciendo públicas, porque además nuestro interés era trascender los muros de la cárcel para plantear que es sano para los movimientos sociales que aún viven de ese mito discutir este tema del vanguardismo armado. No estamos de acuerdo con la lucha armada y no la consideramos un instrumento de cambio social.
Dos años duraron las discusiones y vimos como el tema de su libertad y de sus juicios no adelantaban, se venían las elecciones generales y el próximo gobierno de Banzer era un hecho. Paralelamente se da la toma de la embajada del Japón en el Perú, lo cual de alguna manera recae en los ambientes judiciales en una retardación mayor de la libertad de estas personas que ya sufrían 5 años de retardación de justicia. Con la demanda de libertad provisional para Raquel GutiŽrrez y con la consciencia plena de que ese antecedente jurídico pondría en libertad a todos los y las demás presas, Julieta Paredes inicia una huelga de hambre en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamaneto cuyo presidente era Juan del Granado.
Irrumpen molestos los izquierdistas en la huelga exigiendo se pidiera la libertad incondicional e inmediata para todos, inútil explicarles que no estabamos tejiendo consignas "correctas" sino reales. Raquel gozaba de la simpatía del embajador de México y se trataba de una ciudadana extranjera la libertad provisional para ella era negociable y las consecuencias jurídicas un hecho.
Fueron 19 días tormentosos, nos cortaban la luz, nos pateaban las puertas, se revisaba a todos quienes entraban y salían. Y la sala penal primera niega la libertad, después de tomarse todo el tiempo necesario. Redactamos un Abeas Corpus con la ayuda de una abogada amiga, lo firma Juan del Granado. En una audiencia pública y repleta se declara unánimemente la Libertad provisional de Raquel Gutiérrez, Julieta después de 20 días y con la salud más que deteriorada suspende la huelga. A los 15 d’as salen todos los y las presas por alzamiento armado que habían sufrido retardación de justicia entre ellos Felipe Quispe, Alvaro García Linera y otros y otras. Raquel nunca m‡s visita Carcajada. Ya era libre de ir donde deseara, habíamos perdido una otra amiga. Paola Acacigue es la única que en reciprocidad va cuidando la amistad tejida en esos a–os.
"Creando Mujeres"
La historia de Mujeres Creando está llena de hitos, uno de ellos es la publicación "Sexo, placer y sexualidad", un libro de sexualidad para mujeres. Asombro, incredulidad, morbosidad, en fin, en la sociedad boliviana se desató un corrillo de comentarios: pero pese a quien pesa la respuesta de la población fue apoyar una publicación revolucionaria, innovadora, transformadora, que levantaba el velo a la relación de dominación que había ejercido el sistema patriarcal sobre los cuerpos y mentes de las mujeres. es además el puente de las Mujeres Creando con las changas colegialas que están precisamente construyendo su sexualidad.
La publicación de un libro tan provocador e intimidador hace que Carlos Mesa, uno de los periodistas más respetados y creíbles de la sociedad boliviana, organice una intervención en su programa De Cerca con María y Julieta, en base a su propuesta de sexualidad. Ese programa, que también se transmitió a nivel regional a través de la Cadena Sur, sirve de pretexto para que Carlos Mesa, de cara a la sociedad boliviana a través de PAT, pregunte que era Mujeres Creando. Durante una hora Julieta y María hablaron de política, de economía, teología, amor, sexualidad, democracia y también de su opción sexual. después del programa ninguna argucia de las "oenegistas" pudo contra lo que había reconocido la sociedad: la capacidad interpeladora y transformadora de un movimiento cuya base era la heterogeneidad de las mujeres. Esto abrió otro espacio de discusión y comunicación.
El libro también se constituyó en tema de seminarios, por considerarse una propuesta que removía y conmovía y que recogía plenamente el valor de ser mujer sin tener que responder a ningún sistema. Seminarios y charlas organizados por estudiantes porque los y las intelectuales nunca fueron nuestros aliados. No pasó mucho tiempo antes que, Jimena Valdivia, gerente de PAT, lanzara una invitación desafiante, respaldada por Carlos Mesa: hacer ocho programas de televisión, en horario estelar, y con absoluta libertad. Sólo había un margen de tres semanas para salir al aire. Mujeres Creando aceptó el reto y lo inició en enero del 2000. El análisis de televisión de Mujeres Creando tenía una concepción completamente distinta a la tradicional, es decir ver a la televisión como un espacio para estar en vigencia y existir PUAG NADA DE ESOÁÁ. El grupo ve a la televisión como un espacio paralelo y análogo a la calle, con el poder que te da de entrar a las casas. Así como en la calle una selecciona dónde quiere quedarse o se detiene cuando algo le atrae, el telecomando del televisor permite hacer un recorrido por los canales hasta encontrar algo que inesperadamente te detiene.
Y la calle es el espacio fundamental donde se desarrolla la vida cotidiana, la tele tiene también un carácter cotidiano no en vano la fuerte idiotización a la que está sometida. El espacio en PAT permite dejar en claro cuál es la relación entre ética, estética, creatividad y cambio social, donde forma y contenido no son cosas separadas, por el contrario la forma es el contenido yel contenido es la forma, lo que plantea la necesidad de una forma expresiva que refleje la agresividad del movimiento y su capacidad de romper con lo establecido, con las normas de comportamiento, con los modos de hablar, de vestirse, etc.
Hasta ese momento, las grafiteadas, las acciones de la calle y también las intervenciones públicas habían sido condenadas por su agresividad, las Mujeres Creando habían sido tildadas de violentas, locas, rencorosas e irracionales. En 1997, en un debate de candidatos a la presidencia y vicepresidencia sobre la mujer se armó un escándalo total tras la participación del grupo que cuestionó la forma demagógica y paternalista con que se abordaba el tema; naturalmente no había invitación de por medio, porque no había la intención de interpelar a los candidatos, ellos terminaron saliendo por una puerta peque–a del auditorio, mientras que la organizadora Amalia Decker pidió a gritos a la policía para hacer desalojar al grupo.
El programa de televisión "Creando Mujeres" rompió con los moldes tradicionales de hacer televisión, pues cada uno se basó en acciones callejeras en los que incluso participaba la gente que se quedaba a mirar. Cada uno de los programas plantearon temas fundamentales en el cotidiano y el colectivo de la población. La participación de Lidia con su ser chola, pero una chola diferente, no la que se lamenta de su situación, ni la que abraza al candidato; el travestismo de Cleofé una señora oficinista, y Lidia, que intercambian sus ropas en la televisión plantea el problema del racismo pero no en términos intelectuales sino estéticos, logró mover, conmover y sacudir profundamente.
También se interpeló públicamente a las ONG sobre el manejo de fondos, se les plante— un debate que no pudieron asumir. Luego acudieron a la amenaza de plantear un juicio, para detener el programa, aunque luego prefirieron callar. Ese programa costó horas de
discusión en PAT. Donde apreciamos la actitud de Carlos Mesa y Ximena Valdivia, primero respetaron el acuerdo de libertad y aunque no estaban de acuerdo se manejaron argumentos y no simpatías o amiguismos.
El programa de lesbianismo ya no habló de la homofobia, sino de la libertad de ser diferentes, un avance increíble a nivel social, tomando en cuenta que apenas cuatro o cinco a–os antes ni siquiera se manejaba el concepto de homofobia. La acción de la calle resultó ser una de las más hermosas y brillantes y la prensa escrita y la televisón se encargaron además de recogerla.
La interpelación a la dictadura con una acción absolutamente loca que rebasó todos los límites de lo aceptable para una visión política completamente represora y patriarcal. Se puso en evidencia el valor de la acción pacífica, el valor interpelador de la creatividad. Se puso también en evidencia a la policía y su brutalidad, ya que más de 50 efectivos tuvieron que acudir a la Plaza Murillo para arrestar a María, hicieron el ridículo.
Tampoco existió valor moral para detener la acción en el Palacio de Justicia cuando se demandó justicia para Patricia Flores, una ni–a asesinada brutalmente en su propio colegio sin que hasta ahora se haya castigado a su asesino. La propia gente contuvo una intervención policial. En cuanto al programa y a un espacio denominado televisión al Verres, Julieta y María tienen una crítica y convocan a la reflexión al interior del movimiento, pues aunque éste era un espacio abierto para todas las integrantes de Mujeres Creando, ninguna quiso asumirlo. Los costos humanos de este tipo de intervenciones públicas son elevados.
Una estudiante de la Universidad católica decidió hacer su tesis de grado sobre el programa y realizó un testeo de audiencia mediante llamadas telefónicas, de cada 100 llamadas que hizo, 85 afirmaron haber visto el programa. A partir de este espacio se abrió— para nosotras otro universo estético que es el del audiovisual o seaconcebir las acciones no sólo de manera efímera, sino para un medio audiovisual que puede ser televisión o cine.
Pese a que el programa significó un antes y un después, no s—lo para Mujeres Creando, sino para el conjunto de la producción nacional en televisión, porque puso a la calle en la televisión y a la televisión en la calle, hecho que no se inscribe dentro de ninguno de los géneros, y aunque movió y removió a todas las clases sociales, desde la clase media, hasta la intelectualidad, pasando por supuesto por los sectores empobrecidos de los barrios, los medios de comunicación y los espacios de crítica hicieron de lado esta propuesta. Unicamente el semanario Pulso le dedicó un espacio al programa de lesbianismo, obviamente cargado editorialmente de homofobia y de una visión completamente sesgada y no integral del programa.
"Impostoras"
El Museo de Arte contemporáneo Reina Sofía de Madrid España, un espacio completamente oficial, invitó a María, en 1999, a participar en las jornadas mundiales de "utopías", llevando las propuestas de Mujeres Creando. Esto se constituyó— en una posibilidad de ordenar las ideas entre éticas, estéticas, movimiento y cambio social. Rafael Doctor, crítico de arte y director del Canal Isabel Segunda, una subsidiaria del Reina Sofía envió la invitación. María llevó una propuesta llamada "Así como tú me quieres, yo no quiero ser de ti", que resultó ser no sólo la más renovadora sino la más inesperada, nadie podía creer que de Bolivia viniera una propuesta que desde un lenguaje completamente feminista lograra mover y dejar perplejo a un espacio que no era feminista. El estupor fue mayor cuando Mar’a se presentó como una impostora, puesto que se declaró fuera del sistema de privilegios en el que se encuentran quienes se denominan artistas. Esta participación si bien la llevó a María, le dio mucha fuerza a Mujeres Creando, pues es el fruto de una construcción colectiva con el aporte de todas las integrantes. A fines del 2000, llega otra invitación del Reina Sofía, esta vez para participar en la muestra más grande que se haya hecho de arte contemporáneo latinoamericano, se trataba de una muestra de todo el siglo 20 y de las expresiones más importantes. Para organizar la muestra, el Reina Sofía contrató a cinco críticos de arte, los más reconocidos de Cuba, Argentina, México y España. Entre ellos se desató una discusión profunda sobre las concepciones de historia del arte. Es ahí que Rafael Doctor uno de los críticos que integra la comisión, decide invitar a Mujeres Creando planteándole que durante un mes ocuparan un espacio que ningún otro artista de la muestra ocupaba. Teníamos dos salas en planta baja, cada una de al menos 30 metros cuadrados y estabamos invitadas tres mujeres pues nuestra presencia era parte de la propuesta.
Esto generó discusiones entre los críticos, porque ningún artista plástico, ni mujer ni hombre, tenía un espacio tan grande e importante, mucho más porque Mujeres Creando es una expresión que no se reconoce como artística. Además tampoco goza del curriculum de premios, muestras, bagajes, es decir no merecía siquiera estar en la muestra. La pelea fue muy dura y la dio Rafael Doctor en base a concepciones filosóficas de historia del arte. Finalmente María, Julieta y Florentina Alegre se fueron a Madrid y durante un mes ocuparon dos salas. En una estaban escritos cuatro grafitis: jamás corazón de piedra, esperanza te he vuelto a amar, desobediencia por tu culpa voy a ser feliz y así como tú me quieres yo no quiero ser de tí. En la sala contigua una pantalla gigante pasaba de manera continua las acciones de la calle que sirvieron de base para el programa "Creando Mujeres". Nunca se había dado una muestra con fragmentos de un programa de televisión y menos se había planteado la interacción directa con el publico, tal como ocurrió en esa muestra. Durante un mes Julieta, María y Florentina interactuaron con al menos 70 mil visitantes.
A partir de esa presencia se generaron otras invitaciones en todo el Estado español, en espacios muy importantes de Zaragoza, Barcelona, Valencia y otras y también en Alemania. Fue un recorrido de acciones, acompañados por canciones y poemas de Julieta. Esa experiencia hace ver a Mujeres Creando que su lenguaje y su propuesta no sólo tiene un valor regional y local, sino que partiendo de una autenticidad tiene la capacidad de llegar y conmover a gente de otras partes del mundo. El feminismo del grupo, a diferencia de los que ocurre con otras expresiones, consolidó su capacidad de interpelar a otro tipo de sociedades y culturas.
SALVO CARLOS MESA EN PAT NINGUN MEDIO DE COMUNICACION LE DEDICO NI UNA LINEA A ESA PARTICIPACION QUE PARA BOLIVIA ES SIN DUDA EN EL CAMPO DE LAS ARTES PLASTICAS LA MAS IMPORTANTE DE LOS ULTIMOS 20 A„OS Y QUE ES COMARABLE A LA PARTICIPACION EN UN MUNDIAL DE FUTBOL.
"Otra provocación"
"Machos, varones y maricones" fue la nueva provocación. Con este libro se da otro salto, pues ya no se trata sólo de interpelar desde la sexualidad a la mujeres, sino a los varones jóvenes y hablar con los hombres como la otra mitad de la humanidad, que también está condicionada por esta sociedad patriarcal. No se plantea la posibilidad de hacer del feminismo un espacio para los varones, sino de que ellos sean capaces de asumirse a sí mismos como un problema y de plantearse horizontes de cambios, en cuanto seres también oprimidos y condicionados. El libro tiene una advertencia: no es apto para intelectuales
"jamás corazón de piedra"
Julieta Ojeda estudiante de sociología fue nutriendo al grupo sobre los temas del microcrŽdito y sus políticas, pues se encuentra realizando su tesis de licenciatura sobre el tema. Iniciamos pues un seguimiento de algunas de las instituciones de mayor renombre en ese campo, estudiamos a Banco Sol y por otro lado a Pro Mujer una oenegé y una financiera. Sólo encontramos, abuso y más abuso usura y otros delitos.
Cuando la Organización de Deudoras en General llegó a La Paz exigiendo la condonación nosotras nos sentimos directamente interpeladas. Conocíamos de cerca la situación y sus demandas eran más que justas.
Las visitamos, las conocimos y nos enamoramos de ellas. Ellas también se enamoraron de nosotras.
No habían partidos políticos de por medio aunque todos los días las visitaban para utilizarlas, no habían caudillos de por medio, aunque los más connotados de entre ellos veían el modo de dividirlas.
Era una organización con cocinero maricón y como tal querido y valorado, con abogada que se ocupaba de organizar hasta campeonatos de fútbol para matar la angustia y con cientos de viejas que habían conocido el pongueaje.
Se cenaba agua caliente y se almorzaban gases y golpes policiales.
El tema de articulación era como recuperar las esperanzas, cómo combatir al fantasma del suicidio y la desesperación.
Por otro lado y muy lejos estaban los banqueros con sus infamias, su indiferencia y declarando la condonación como un pedido imposible e ilegal cuando más de uno de ellos se habían beneficiado de una serie de condonaciones ilegales y fraudulentas de varios millones de d—lares.
En este caso no se trataba de tomar la calle que estaba más que tomada, se trataba de instalar el problema y con interlocutores en las altas esferas de poder. Y no teníamos con quien hablar, nadie nos recibía, nadie asumía responsabilidad sobre lo que estaba sucediendo ERA UN PROBLEMA SOCIAL PERO NOMINADO COMO PRIVADO FRENTE A LO CUAL EL ESTADO SE LAVABA LAS MANOS.
El Café Carajada nuevamente cambia su cara, se improvisa un consultorio de salud y se convierte en un aula en la que por grupos estudiábamos los intereses, las alianzas financieras-oenegés, hacíamos prácticas de oratoria, donde intentábamos ensayar declaraciones sin llorar y donde componíamos consignas y canciones.
En una de las financieras tan frecuentemente visitadas nos enteramos de un almuerzo de lujo y agasajo al superintendente de bancos. Era nuestra única oportunidad, una mujer creando (Mar’a Galindo) disfrazada de banquera se fue al mismisimo almuerzo y en mano propia y con la estridencia y el escándalo pertinente frente a todos los banqueros entregó en mano propia al superintendente el pliego, luego el conjunto de deudoras rodearon el hotel para apoyar el hecho y sin arrugarles ni el terno les hicieron saber a gritos sus demandas.
Se inició un supuesto proceso de audiencias que nuevamente acabaron en nada, nadie dijo no simplemente y con la crueldad más grande irresponsables como Carlos Iturralde invitaban cafecito en las reuniones para luego burlarse del problema.
Los suicidios continuaron, pero esta vez llegaron a su punto más dramático un compañero querido y estimado panadero del comite de bases de Sucre despuŽs de matar a sus wawas y compañera se toma raticida. Las Deudoras impulsadas por la desesperación deciden la toma de la superintendencia de Bancos, al enterarnos de ello s—lo pensábamos en como sacar a toda la gente ileza. Se abre la mesa de negociación en la que participamos y nos comprometemos hasta llegar a un acuerdo favorable a las deudoras, se logra a través de la intervención de la Defensora del Pueblo quien inclusive resfriada a las 5 de la madrugada asiste personalmente a la protección del desalojo de la superintendencia donde estaba como garante Julieta Paredes junto a Kieffer y Manuel Su‡rez. Recordamos que las deudoras no querían recibir a los diputados y le objetaban a julieta diciéndole: pero julieta porque nos traes a unos desconocidos que no son importantes, entonces tú quédate y recién vamos a soltar a la gente".
En breve verá la luz pública una publicación especial sobre los acuerdos y las negociaciones posteriores.
Simplemente decir que ni la organización de deudoras se incorpora a Mujeres Creando, ni Mujeres Creando a ellas, no nos constituimos en asesoras, se trata de una relación no utilitaria movimiento-movimiento sobre la base de la solidaridad que aún es posible.
Para cerrar el último graffitti sobre la guerra:
"exigimos un duelo de caballeros entre Bin Laden y Bush
y a nosotras que nos dejen en paz"
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